Un problema muy recurrente por el que muchos pacientes preguntan a nuestros dentistas de Albacete tiene que ver con las fisuras dentales. Actualmente, es uno de los motivos de consulta más comunes y, aunque no suele ser grave, es muy molesto y doloroso para quien lo sufre. Además, un mal diagnóstico o la ausencia de un tratamiento correcto puede acarrear, a la larga, problemas de salud más graves en tu boca. En este post, vamos a hablar sobre qué es una fisura dental, qué la provoca y qué problemas produce, pero ya te adelantamos que, la primera y última recomendación es siempre acudir a un especialista.
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¿Qué es una fisura dental?
Cuando se habla de las fisuras dentales nos estamos refiriendo a aquellas grietas que, con el tiempo y una mala higiene bucal, se van abriendo paso sobre la superficie del diente. En la mayoría de casos, las fisuras se producen solamente en el esmalte del diente y, es por eso que tienen un aspecto de grieta. Aunque en estos casos no producen ningún síntoma, sí que son muy visibles a nivel estético. En otros casos más serios, puede generar problemas como el incremento de la sensibilidad de los dientes, infecciones e incluso pérdida de alguna pieza por fractura parcial o total.
Como ya avanzábamos, no es un problema, a priori, grave, pero sí que requiere de un tratamiento para evitar que vaya a más. En este sentido, hay que considerar la edad del paciente como un factor importante. De hecho, se calcula que más del 50 % de los casos de grietas o fisura dental tienen lugar en personas mayores de 50 años.
Los estudios apuntan a que esta patología puede afectar a más de un 40% de las personas, indistintamente hombres y mujeres, sobre todo en las franjas de edad comprendidas entre los 30 y los 50 años.
¿Qué provoca la aparición de una fisura dental?
Hay múltiples explicaciones acerca de por qué se podría producir una fisura dental. La más frecuente es por el hecho de morder o masticar algo duro como un cubito de hielo, caramelo o algunos turrones. También hay patologías que causan daños en los dientes y que, por lo tanto, generan más probabilidades de tener dichas fisuras.
Una de ellas es el bruxismo extremo o el desgaste producido por apretar los dientes en exceso. Normalmente, la persona que lo sufre no es capaz de darse cuenta que lo está haciendo, hecho que complica todavía más su detección. Este problema se agrava especialmente durante las horas de sueño, ya que la gente que sufre bruxismo tiene tendencia a apretar mucho la mandíbula. También aquellas personas que sufren enfermedades de las encías que implican, por ejemplo, la pérdida ósea, deben tener más cuidado.
Finalmente, un golpe en el mentón, en la mandíbula o en alguna zona próxima a los dientes puede ser también la causa de una fisura. Una mala caída, un golpe contra una puerta u otro accidente similar puede provocar una de estas fisuras dentales. En este caso, habrá que ir con cuidado porque el debilitamiento de las piezas puede causar múltiples efectos, más graves incluso que las fisuras.
¿Qué problemas producen las fisuras dentales?
Aunque no hay por qué alarmarse, si no se cuida bien la encía, el problema puede derivar en una causa mayor e irreversible. Las fisuras son lesiones evitables y su correcto tratamiento puede evitarte tener infecciones peligrosas, extracciones de piezas u operaciones quirúrgicas más complejas. Muchas veces, al prolongar las revisiones periódicas, se puede causar que la fisura se agrande y se convierta en un daño irreversible, hecho que podría alterar tanto tu calidad de vida como arriesgar tu estado de salud.
¿Cuáles son las fisuras dentales más comunes?
Como hemos comentado a lo largo del artículo, una fisura dental puede quedarse únicamente en la zona del esmalte o alcanzar la propia estructura ósea del diente. Por tanto, tenemos dos tipos de fisuras dentales distintas:
Fisuras superficiales
Están son las fisuras que se quedan en la zona del esmalte y no suponen un riesgo grave o inmediato para la integridad del diente. Sin embargo, es importante sellar la grieta para evitar que las bacterias penetren detrás del esmalte y provoquen infecciones que puedan suponer la perdida de la pieza dental.
Fisuras graves o profundas
Estas son las roturas dentales que hemos mencionado varias veces a lo largo del artículo. En este caso hablamos de una fisura que sí alcanza la estructura ósea del diente y afecta a la propia dentina. En estos casos es habitual sufrir episodios de dolor y molestias. En estos casos, la mejor de las situaciones es aquella en la que la fisura no haya alcanzado la encía. Si no alcanza la encía es posible salvar el diente de una manera más sencilla, pero si alcanza la encía, existe una posibilidad muy alta de necesitar un tratamiento endodóntico para evitar su pérdida completa.
Así, lo primero y principal es tomar consciencia de la gravedad de la fisura dental y pedir, siempre, consejo a tu dentista de confianza. En Clínica Dental Parque somos especialistas en este ámbito y está en nuestras manos ofrecerte el mejor de los asesoramientos para que puedas tener una buena salud bucodental.
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